La Iglesia se ha convertido en la mayor inmobiliaria del país gracias al artículo 206 de la Ley Hipotecaria (1946), modificada por José María Aznar, por los cuales las diócesis han registrado iglesias, ermitas, casas, tierras y otros bienes públicos haciendo caso omiso de la sentencia “a Dios lo que es de Dios, a la Iglesia lo que es de la Iglesia y al Pueblo lo que es del Pueblo”.
José M. Esparza Zabalegui, fundador de la Plataforma de Defensa del Patrimonio de Navarra y autor del libro “Escándalo monumental”, ha pasado por el Ateneo Republicano, y en el Jueves del pasado día 22 explicó el negocio multimillonario que va más allá de la mezquita de Córdoba, inscrita el 2 de marzo de 2006 por el obispo, que se apoderó del monumento, lo registró y pasó a denominarlo ‘catedral’.
“Por el precio de una campana, sin conocimiento de los pueblos, al amparo de una ley franquista, la Diócesis se ha apropiado de más de mil bienes del patrimonio navarro”, afirmó José M. Esparza.
“En concreto”, añadió Esparza, “a partir de 1998 se han realizado 1.087 inmatriculaciones en Navarra: 651 iglesias, 191 ermitas, 9 basílicas, más garajes, fincas, huertas, prados…”.
La historia comenzó de una manera muy simple y casual. José M. Esparza, que fue concejal de Tafalla entre 1979 y 1983, y que siempre estuvo interesado por la historia de su pueblo aunque no tenía ni idea de lo que eran las inmatriculaciones. Cuando solicitó una copia simple en el registro de la iglesia de Santa María, del siglo XVI comprobó que acaba de ser registrada. Solicitó copia de la iglesia de San Pedro, y lo mismo. Además, en el mismo día.
“Con la Iglesia me había topado. En una sola jornada han llegado a realizar 50 inmatriculaciones solo con su palabra. Un obispo no es un fedatario público, no es nadie para decir que algo es suyo, menos unos bienes de carácter público”, así descubrió Esparza este “escándalo monumental”. A su llamada a los Ayuntamientos respondieron 117, que respaldaron su demanda ante el Parlamento Navarro para conocer el número de inmatriculaciones realizadas: 1.087 desde 1998.
“Al destaparse el pastel, la primera reacción de la Iglesia fue muy airada afirmando que las iglesias y las ermitas siempre les habían pertenecido. ¡Mentira! Las iglesias siempre han sido de los de abajo, han sido bienes del pueblo, levantados por el pueblo. Tras esa primera respuesta, la Iglesia no ha vuelto a decir nada. Tal vez porque en Navarra ya es la mayor inmobiliaria de la Comunidad”, aseguró el autor del libro ‘Escándalo monumental’.
«El artículo 206 de la Ley Hipotecaria permite que la Iglesia católica inmatricule a su nombre inmuebles, mediante certificación emitida por el Diocesano, equiparándolo al funcionario público con facultad de certificar. Ello significa, conforme a la vigente Ley Hipotecaria, que esta confesión religiosa tiene a los efectos de inmatricular sus bienes, el mismo tratamiento que el Estado, la provincia, el municipio y las corporaciones de Deecho Público. Dicha facultad se concede exclusivamente a esta confesión religiosa y no a otras…», se puede leer en el libro «Escándalo monumental».
Para Esparza el proceder de la Iglesia persigue hacerse con un título de propiedad para luego poder vender o alquilar. “Por ejemplo, el Gobierno Foral invirtió 9 millones de euros en la catedral de Navarra. La Iglesia ahora cobra entrada y alquila el claustro para bodas. Todo un negocio, a parte del componente de dominio que implica”, dijo el ponente en el Ateneo Republicano.
El sacar a la luz este proceder abrió una carrera entre la Iglesia y muchos Ayuntamiento por registrar bienes. “Hemos alertado a la sociedad y hemos descubierto hasta dobles inmatriculaciones. Hemos ganado la batalla mediática a la Iglesia, que ha conseguido un desprestigio entre sus bases, además de avanzar en la modificación del artículo 206, claramente anticonstitucional, aunque la ley no lo haya sido declarada, y se haya dado un año más de plazo hasta la entrada en vigor de la nueva redacción”, según Esparza, que añadió que la propuesta de solución planteada era la única razonable pero que no ha prosperado al no presentar el PSOE el recurso de anticonstitucionalidad.
“Lo que obliga a la Plataforma, en la que están integrados 200 Ayuntamientos, a acudir a Europa”, adelantó Esparza, para quien “esta batalla” es muy transversal.
“A nivel de pueblo se entiende enseguida. Como dice San Lucas: ‘No puedes servir a Dios y al dinero’”, sostiene este navarro que recordó la Ley de Confesiones de 1933. “La República fue muy respetuosa con todos estos temas. Esto de las inmatriculaciones o lo movemos nosotros o habrá que esperar a la llegada de la República”, vaticinó Esparza.
Plataforma en Castilla
Carlos Parrado, que presentó el pasado jueves a José M. Esparza, lanzó la idea de convocar una reunión para el martes 27 de enero, a las 20.00 horas en el Ateneo Republicano, con el objetivo de constituir una Plataforma similar a la creada en su día en Navarra y ya existentes en otras comunidades.
“El primer paso a dar será abrir el frente de la historia para conocer el estado de cada bien de la provincia de Valladolid, extensible al resto de Castilla y León. Después vendrían los frentes jurídico y ético-moral.”, recogiendo la experiencia de Navarra.