En días pasados la prensa recogía una noticia preocupante. El Gobierno de Navarra concedía al Arzobispado de Iruñea una subvención por un importe de 58.000 euros “para desarrollar en 2008 el programa de apertura de iglesias y monumentos”. Así el Gobierno “pretende fomentar la apertura de iglesias y monumentos propiedad (sic) del Arzobispado, para su visita pública y gratuita, paliando los gastos que puedan ocasionarse”. Los 58.000 euros eran para la apertura de 13 templos y para este año. Es de suponer que los años siguientes serán más templos y más dinero, por lo que estamos ante una nueva ubre de donde el arzobispado va a seguir mamando de los fondos públicos. (Por cierto, ¿No nos decía hace poco el Arzobispado que él no tenía nada y que los templos eran de las parroquias? ¿Por qué entonces cobra él las subvenciones?).
En la misma sesión el Gobierno acordó, una vez más, conceder 1,6 millones para restaurar la iglesia de San Pedro de la Rúa de Estella, algo con lo que estaríamos de acuerdo si las cosas estuvieran como estaban antes de la in matriculación, innoble y alevosa, de la mayor parte de este Patrimonio navarro.
La víspera de hacerse pública estas noticias, el Presidente del Gobierno Sr. Sanz, el Sr. Corpas y el Sr. Obispo se trasladaban a la Iglesia Santa María de Tafalla y, con el pretexto de la presentación de un libro sobre Antxeta, prepararon el terreno para lo que se avecina. Vinieron a decir lo mucho que había que agradecer a la Iglesia, porque gracias a ella se habían conservado el gran legado artístico que gozamos los navarros.
Eso es falso. El legado artístico y patrimonial que tenemos en Navarra se ha mantenido fundamentalmente porque antes la Diputación, ahora el Gobierno de Navarra, y siempre los Ayuntamientos, Concejos y vecinos, han puesto los recursos económicos y humanos fundamentales para hacerlo. Y en lugares donde la Iglesia no se ha adueñado de ese patrimonio, como Francia, los templos están abiertos y en mejores condiciones que los nuestros. Mientras en nuestra Navarra se están hundiendo numerosas iglesias y ermitas, mientras se venden y se trafica con sus muebles, (hay empresas dedicadas a ello) en la Baja Navarra están todas en pie, cuidadas e íntegras. Díganlo señores más claro: ustedes han privatizado esos bienes (ya no nos metemos ahora en los cientos de in matriculaciones que no son de carácter religioso) para poder alquilar, vender, hipotecar y ejercer dominio sobre ellos. Y además pretenden que con fondos públicos se sigan arreglando y manteniendo. Y reconozcan que están sacando la cuenta de la vieja: “Registro mil bienes públicos por casi cero euros + con fondos públicos me los mantienen + por abrirlos al público me pagan = Negocio del siglo a costa de lo público”.
Y como todo esto nos sigue pareciendo un escándalo que nada tiene que ver con las creencias religiosas, lo seguiremos denunciando.
Pedro Leoz Cabodevilla y José Mari Esparza Zabalegi Miembros de la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro