Recientemente, con la presencia del arzobispo, se inauguraron las obras de remodelación de la iglesia de San Salvador y la ermita de Alkerdi, en Urdax, ambas financiadas con aportaciones económicas y de trabajo de los vecinos, pero que son propiedad de la Iglesia católica, puesto que fueron inmatriculadas por el Arzobispado.
La ermita de Alkerdi, muy querida por los urdazubitarras, se renovó hace unos 14 años en auzolan totalmente por cuenta de los vecinos, que aportaron el trabajo y el dinero. La iglesia de San Salvador se reformó hace unos 45 años también en auzolan. Ahora se ha vuelto a arreglar en los dos últimos años en dos fases. En la primera se hicieron el tejado y las fachadas y en la segunda, el interior. En este caso no se puede decir que haya sido un auzolan como los de antes, pero muchos vecinos y vecinas colaboramos en trabajos de limpieza y otros. Además, los vecinos hemos donado para la obra unos 150.000 euros, y otros 240.000 ha aportado la Iglesia procedentes de la venta al Ayuntamiento de la antigua herrería, la huerta del cura y la casa parroquial, o sea, el Consistorio ha comprado tres bienes que yo y muchos vecinos consideramos que ya eran del pueblo. Por cierto que se trata de tres bienes que están abandonados, aunque la huerta, de unos 4.000 metros cuadrados, se aprovecha para pastos. La casa parro quial no se utiliza desde hace 25 años, cuando la habitó por última vez el cura, y en ese tiempo se podía haber habilitado para alguna familia necesitada pero no se ha hecho nada. Por eso creo que el Ayuntamiento podría darle algún uso ahora que la ha comprado.
En mi opinión, entre las obras anteriores y las actuales hay una diferencia. Antes trabajábamos y pagábamos en lo que era nuestro y ahora ya no lo es. El Arzobispado inmatriculó la iglesia y la ermita el 29 de septiembre de 2004, como ha hecho en estos años con tantos bienes de los pueblos de Navarra. Nadie nos dijo nunca que habían hecho esa inmatriculación, nos enteramos por los medios de comunicación. Ahora, en cambio, el cura sí se ha acordado de los vecinos y repartió cartas para que colaborásemos económicamente en las obras. Quiero pedirle al arzobispo que tenga honestidad para dejar la iglesia y la ermita como estaba antes del 29 de septiembre de 2004, públicas, de los vecinos; que la gente de Urdax tiene dignidad. Ese dinero que hemos dado es para nuestra iglesia, no para que esté registrada a nombre del Arzobispado.
Pello Borda