La Iglesia ha inscrito 55 templos de la Zona Media en los últimos nueve años

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La «privatización» de los inmuebles ha ocurrido en 25 localidades de la zona

La Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro calcula que la cifra de inscripciones supera el millar en toda Navarra

Amaia álvarez / Uxue

tafalla. A partir de 1998, la Iglesia ha pasado a ser titular de 55 templos, ermitas o basílicas de la Zona Media. Precisamente fue en aquel año cuando el recién conformado Gobierno del PP eliminó el artículo 5 del Reglamento de la Ley Hipotecaria de 1946, que impedía registrar a nombre de la Iglesia lugares de culto. Desde entonces comenzó la «inscripción masiva» de las iglesias parroquiales, gracias a la vía libre que dejó una ley creada en el franquismo, es decir, en pleno Estado confesional. Dichas inscripciones (que cuestan solamente entre 20 y 30 euros) se han llevado a cabo en todo el Estado, pero tal y como denuncian desde la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro, «en ningún lugar hemos detectado tantos casos como en Navarra». «El problema es que no se ha enterado nadie, porque tal y como dicta la ley, la Iglesia no tiene que dar ningún tipo de explicación para registrar», denuncian José Mari Esparza y Pedro Leoz, portavoces de la Plataforma.

En su defensa, el Arzobispado de Pamplona alega que los inmuebles se inscriben para las parroquias de cada localidad. Sin embargo, las parroquias, al no tener entidad jurídica, no pueden ser titulares de los templos, por lo que la propiedad queda en manos de la Diócesis de Pamplona y Tudela, y en última instancia la Santa Sede.

En abril de este año el Grupo Cultural tafallés Altaffaylla se percató «por casualidad» de que las iglesias tafallesas de San Pedro y Santa María habían sido inscritas en agosto de 2006 por la Iglesia. Para aclarar los motivos, el grupo cultural presentó una instancia en el Ayuntamiento de la localidad, un texto que se rechazó y el Consistorio solicitó un informe que aún no se ha realizado. A pesar de aquella negativa, próximamente volverán a presentar otra instancia ante el nuevo Ayuntamiento.

Con aquel precedente surgió la Plataforma del Patrimonio, que tiene como objeto enviar las instancias de denuncia a los Ayuntamientos de la Comunidad Foral para que ellos después tomen la decisión de recurrir o no los registros.

La plataforma calcula que en Navarra existen actualmente más de mil templos registrados por la Iglesia, aunque por ahora tienen los datos de los 55 en la Zona Media, 28 inscripciones en 23 pueblos de la zona de Tudela, 310 en la Comarca de Sangüesa y siete en Pamplona (entre ellas la Catedral, San Saturnino y San Lorenzo).

Según dicta la Ley, transcurridos dos años de la inscripción, el propietario dispone de la posibilidad de vender el inmueble a terceros, por lo que «la recuperación es más difícil», algo que ocurre en la Zona Media en los casos de la iglesia de Santa María de Pueyo (registrada en enero de 2006), Santo Cristo de Catalain (2001), San Martín de Garínoain (diciembre de 2005), San Miguel de Larraga (enero de 2006) y San Pedro y Santa María de Olite (enero de 2006), entre otros. De todos modos, cabe la opción de reclamar todos los inmuebles, ya que «son bienes imprescriptibles», por lo que «deben ser propiedad del pueblo», apuntan los portavoces. «El objetivo es crear jurisprudencia», añaden. Y es que el hecho de inscribir un bien en el registro de la propiedad tiene, a juicio de Leoz y Esparza, tres asuntos como fin último: «Vender, alquilar o hipotecar, esto es, mercantilizar».

Tafalla Desde que se inscribieron los dos templos de Tafalla (San Pedro y Santa María), la Iglesia ha intentado alquilarlos bajo el precio de 300 euros. Por ahora, el alquiler no se ha materializado, y en un futuro comenzarán negociaciones entre el Consistorio y la Diócesis.

Ujué y Artajona La basílica de Ujué, uno de los templos más emblemáticos de la Zona Media, fue registrada por la Diócesis en enero de 2006. «En el caso de Ujué llama la atención que se haya registrado en el mismo momento en el que se están desarrollando obras de cuantiosos costes (más de 700.000 euros) financiadas por el Gobierno de Navarra», dicen los portavoces. «Siendo un bien privatizado por el Vaticano, no tiene sentido que se financie con fondos públicos», añaden Leoz y Esparza.

Un caso parecido ocurrió en Artajona. La Iglesia registró los templos de Santa María y San Saturnino, situado este último en el Cerco, en el cual se está realizando una costosa rehabilitación. Además, al hilo de la titularidad de la Iglesia, en Artajona estalló la polémica cuando la Diócesis decidió vender el órgano de la iglesia de Santa María. De hecho, «el registro implica la titularidad del inmueble, pero no de los bienes de dentro».

Pueyo La Diócesis ha inscrito a su nombre cinco inmuebles de Pueyo (la ermita de Santiago, la iglesia parroquial, el convento, el edificio el vínculo y la ermita de San Quirico). El caso del Vínculo no está exento de polémica, ya que ha sido habitado durante años por una familia y hoy día por una pareja y recientemente ha saltado a la luz la noticia de que está registrada por la Iglesia desde 1982, es decir, después de que comenzase a ser habitada.

Nueve Ayuntamientos en vía de reclamo

Los Ayuntamientos que han aprobado la propuesta de la Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro para poner en marcha las vías de reclamo ante los registros han sido los de Huarte, Alsasua, Berriozar, Aranguren, Leitza, Etxauri, Pueyo, Burlada e Irurtzun. En general, la mayoría de los grupos políticos se han mostrado a favor de la propuesta (PSOE en Burlada; CDN en Huarte; Nabai, IU, ANV y candidaturas independientes) lo que según los portavoces de la Platafroma, «augura un buen resultado general». Por otro lado, esta semana todos los Consistorios navarros recibirán la instancia de denuncia remitida por la Plataforma para que después tomen un acuerdo al respecto y decidir si recurrir las inscripciones. Asimismo, a iniciativa del organismo, el próximo día 15 de diciembre se celebrará una asamblea municipalista en Burlada, donde instará a los Ayuntamientos reclamar dichos inmbuebles así como a registrar a nombre de los Consistorios los templos que aún no se encuentran inscritos, ya que según la Ley son los Ayuntamientos y la Iglesia los que disponen de potestad para inscribir a su nombre tales inmbuebles.