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El pamplonés Fermín Huarte se plantó en mitad de la plaza de Santa María la Real, y se pegó un buen rato observándola. Entretuvo la mirada relajadamente en los árboles del lado del Jito Alai, y vio con agrado cómo una pareja con un perro bajaba a la plaza por las escaleras del paseo del Arzobispo Barbazán. Le agradó menos darse cuenta de que la plaza estaba llena de coches, y comprobar que el ruido del tráfico de la cuesta de Labrit se escuchaba con fuerza desde donde él estaba. Seguidamente, se dirigió con paso decidido a la puerta principal del Arzobispado, llamó al portero automático y, cuando le contestaron, explicó que estaba citado con el arzobispo Francisco Pérez. Un cura más bien joven le abrió la puerta y le pidió que lo siguiera. El otrora arzobispo castrense lo recibió en su despacho. Era una estancia amplia y con mucha luz. Fue lo primero que comentó. Huarte: «Una habitación muy luminosa», Pérez: «Sí, es muy agradable». Huarte: «¿El resto de habitaciones del Arzobispado son tan luminosas?». Pérez: «Unas sí y otras no». Huarte: «Ya, pero en general, ¿tienen luz?». Pérez: «En general, sí». Huarte: «Tendrán muchos problemas para aparcar. La plaza estaba llena de coches». Pérez: «No crea. Tenemos garaje propio». Huarte: «Estupendo. ¿Y de noche molesta mucho el ruido del tráfico del Labrit?». Pérez: «Por Dios, ¿a qué viene este interrogatorio? Por teléfono me dijo que quería hablar conmigo sobre los edificios que está escriturando el Arzobispado. ¿Por qué no va al grano?». Huarte: «Estoy yendo al grano. Lo que le dije fue que quería hablar sobre las escrituras del Arzobispado, porque lo he escriturado a mi nombre. Por eso quiero saber cómo está». Pérez: «Eso es imposible». Huarte: «No lo es. Lo tenían sin escriturar». Pérez: «Pero es una ruindad». Huarte: «Del mismo calibre que escriturar la Capilla de San Fermín a nombre de la Iglesia, habiendo sido construida con el dinero de todos los pamploneses. Tiene 15 días para desalojar el edificio, que en enero me vengo a vivir». Pérez: «Usted no tiene vergüenza». Huarte: «Tengo la misma que usted. Por cierto, en esa tele de ahí, ¿se coge la TDT?».