El pueblo de Lerga, encabezado por su Ayuntamiento, ha exigido la devolución de la iglesia del despoblado de Abaiz, inmatriculada por el Arzobispado en septiembre, para que el próximo 1 de enero «el nuevo año comience con todo como estaba». Así lo expresa el alcalde, Iñaki Iriarte, quien informará esta noche a sus vecinos de esta decisión. Tendrá que ser el párroco, Fermín Macías, quien traslade a la institución la exigencia, en principio verbal, transmitida por el alcalde en una tensa visita con el sacerdote. «Sólo queremos que nos devuelvan lo que nos han robado», expresó Iñaki Iriarte.
Alcalde, concejales y miembros de la recién creada comisión para la defensa de Abaiz se reunirán hoy con los vecinos a la hora prevista para una reunión con el sacerdote, encuentro que no se llevará a cabo, según Iriarte, porque «su actitud está muy clara al no reconocer que nos ha quitado la iglesia de Abaiz». Asegura el alcalde que Macías pretende que el Ayuntamiento consulte sus escrituras con un jurista que determine la veracidad de la propiedad. «El Ayuntamiento no tiene nada que mirar. Lo tiene muy claro. Ha sido él el que ha provocado que el Arzobispado registre la iglesia a sabiendas de que era nuestra. El secretario le enseñó las escrituras, e incluso le dio una copia que él llevó».
Por su parte, el párroco mantiene que fue el Arzobispado quien inmatriculó Santa Elena de Abaiz a petición del Ayuntamiento de Eslava, al que pertenece eclesiásticamente, aunque se encuentra en el término municipal de Lerga, cuando dicho consistorio supo que Lerga trataba de hacer nuevas escrituras aprovechando la concentración parcelaria. Afirma además que, sin embargo, él aportó la copia de la escritura para reafirmar la propiedad municipal y dijo no querer saber nada al respecto. El sacerdote, consciente de los vínculos que los de Lerga tienen con el despoblado, opina a su vez que éste es un conflicto entre dos pueblos.
Desde 1927, cuando el despoblado fue vendido por su propietario, el Duque de Granada, a una sociedad formada por vecinos de Lerga,» «incluida la iglesia claramente descrita en las escrituras», apunta Iriarte, se mantuvo la tradición: «las reliquias para Eslava, y las tierras para Lerga», como recuerdan los mayores del lugar.
Fermín Macías expresa que está dispuesto a buscar una solución «que lleve la paz a todos. No es tan sencillo devolver la iglesia a Lerga. Hay que tener en cuenta a los de Eslava». Pero el alcalde lo ve claramente: «Jamás ha existido tal conflicto entre nosotros. Es el cura el que nos quiere enfrentar ahora».
Diario de Noticias, 03/12/2011
Con la secta habéis topado. Sin la independencia de Roma ., lo tenéis claro. El nacional-catolicismo es avariciosa por naturaleza y la decencia ya hace mucho que la perdieron.