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Por Juan del Barrio
`Diario de Navarra´ –como no podía ser de otra forma- ha dedicado abundante espacio a su despedida y una entrevista que no tiene desperdicio titulada: “Nosotros no estamos para hacer política sino para seguir el Evangelio”
El arzobispo de Iruñea y Tutera Francisco Pérez, ex general del ejército español, se despidió de Navarra después de soportarlo durante 16 años.
Diario de Navarra –como no podía ser de otra forma- ha dedicado abundante espacio a su despedida y una entrevista que no tiene desperdicio titulada “Nosotros no estamos para hacer política sino para seguir el Evangelio”, donde hace alusión a la Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro.
¿Cómo ha sido en este tiempo las relaciones con las autoridades civiles en Navarra?
Aunque la pregunta es muy concreta, el Arzobispo Pérez en vez de contestarla arremete con algo que le repatea desde que llegó a estas tierras: La subida por la Calle Curia en las fiestas de Iruñea y la manifestación navideña con regalo de carbón de Olentzero.
“Te voy a ser sincero, lo primero que he hecho ha sido rezar, en momentos… bueno la subida de la procesión de San Fermín o cuando han venido aquí a poner carbón, con pancartas. Me voy al sagrario, al oratorio y le digo son hijos tuyos, cuídalos. Un forma de que no entre en mi la violencia, el rencor… El otro día vinieron con pancartas estuvieron lo menos una hora cantando como si fuera un villancico “Pero mira cómo roban en el Arzobispado…”
¿Le reprochaban las inmatriculaciones? ¿Qué piensa?
La iglesia tiene derecho a tener propiedades, es del pueblo, pero del pueblo cristiano, que ha sido el que lo ha construido, regido por el obispo, sacerdotes… y ahí está todo legislado. Si viene la época en que nos lo quiera quitar… dependerá de la ley que nos quieran emanar.
A diferencia del innombrable ex arzobispo Fernando Sebastián, Francisco Pérez no inmatriculó en nuestra Comunidad tantos bienes porque casi todo estaba ya registrado. Esto de manera fraudulenta, ya que esos registros se hicieron sin presentar documento acreditativo alguno de propiedad.
A nivel de todo el territorio estatal, de 1998 al 2015 la Iglesia española inmatriculó 34.961 bienes de los que 20.014 son “templos o dependencias complementarias”, mientras que 14.947 son “solares, viviendas, locales… Los más emblemáticos fueron la Mezquita de Córdoba, la Giralda, la Catedral de Sevilla, la Seo de Zaragoza (catedral), las catedrales de Valladolid, Granada, Jaca y Málaga. Esto la convierte en la mayor propietaria inmobiliaria española.
En Navarra fueron 2.952 bienes, entre iglesias, ermitas, casas, edificios, huertos, solares, locales, un frontón, etc. entre los que se encuentran los comunales, imprescriptibles, inalienables e inembargables, por lo que «estas inmatriculaciones se habrían formulado sin arreglo a la legalidad.
Pero, ¿de dónde le viene a la Iglesia Católica Española esa “legalidad” para inmatricular a “toda pastilla“ durante 17 años?
La franquista Ley Hipotecaria de 1946 fue la que les permitió inscribir cualquier bien, excepto los templos destinados al culto, simplemente con la firma de un obispo. En 1998 el Gobierno del ínclito J. Mª Aznar (PP) la reformó permitiéndoles inscribir además propiedades y lugares de culto que no estaban registradas hasta entonces.
Tanto la Ley franquista como su reforma por J. Mª Aznar, fueron consecuencia y recompensa, entre otros, por el apoyo que la iglesia católica española dio al golpe de estado fascista del 1936, por levantar los obispos el brazo con el saludo fascista y por los cuarenta años de llevar al dictador bajo palio. Esto el ex Arzobispo Francisco Pérez prefiere pasarlo por alto como si no hubiera ocurrido y que todavía está pendiente el pedir perdón por semejante felonía.
Parece broma de mal gusto lo de “Nosotros no estamos para hacer política sino para seguir el Evangelio”. No se lo cree ni él… debería explicarnos en que Evangelio se justifica la rapiña de las inmatriculaciones, porque precisamente dicen todo lo contrario de lo que la Iglesia Católica Española ha hecho y hace. Una pregunta que nos hacemos y que se la dirigimos al ex Arzobispo: ¿el fundador de su iglesia, de vivir ahora, cobraría por visitar las catedrales, que han sido usurpadas ilegítimamente?